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Producción #V905 - Episodio 05 | |||||
GUIÓN DIREC CIÓNDenise Byrd PRODUCCIÓN |
SCREENGRABS GRÁFICOS TÍTULO EPISODIO
GRÁFICO | ||||
TRADUCCIÓN |
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FUNDE A:
EXT. CAMPAMENTO – ANTES DEL AMANECER
Es un campamento bien organizado.
Una fogata, alimentada por carbón ardiendo, brilla en la oscuridad. A un lado,
una yegua dorada se mueve nerviosamente en su sueño, estampando una pezuña, y
moviendo su cola antes de quedarse quieta. Más cerca del fuego hay un
voluminosos y arrugado petate, y bajo la manta de piel dos figuras envueltas,
acurrucadas, la una pegada a la otra. La más pequeña se mueve y se vuelve a
mover, retirándose del cómodo regazo de su compañera. Otro gemido y se gira hacia su lado. Unos ojos verdes se abren y fruncen el ceño.
XENA (confundida) ¿Qué…? ¿Qué sucede?
GABRIELLE (malhumorada) Piedra.
Una mano sale rápidamente de debajo de la tibia cobija y busca por el suelo, bajo el petate, hasta que encuentra y arroja lejos la piedra que molesta.
XENA ¿Mejor?
Gabrielle se retuerce un poco, tratando de palpar el suelo a lo largo de su cuerpo. No encontrando más piedras, sonríe satisfecha.
GABRIELLE Mucho.
XENA Bien. Acércate.
Ampliando su sonrisa y cerrando sus ojos, Gabrielle
gustosamente se acurruca entre los cálidos brazos de Xena. Todo queda en silencio por un momento. Luego… Gabrielle contrae su rostro. Arruga su nariz y se roza la mejilla con la mano. De repente se escucha un fuerte golpe, y nuevamente Gabrielle abre sus ojos, y frunce el ceño.
GABRIELLE ¡Au!
XENA ¿Estás bien?
GABRIELLE Malditos mosquitos del Tártaro. ¡¿Por qué nunca se meten contigo?!
XENA (todavía somnolienta) Es que eres mucho más dulce que yo.
GABRIELLE ¿Sabes qué Xena? Quizás cualquier otra noche, ese argumento te hubiera funcionado. ¿Pero esta noche?
Ella gruñe.
GABRIELLE (continúa) Ya casi amanece, y sólo he dormido una hora, únicamente.
Xena abre un ojo.
XENA Está bien, entonces dormiremos hasta
tarde. No tenemos ningún otro sitio en
especial donde tengamos que estar.
GABRIELLE Fácil para ti decirlo. Tú no tienes mosquitos que te estén utilizando como diana de prácticas.
Xena sonríe.
XENA Ven aquí.
Gabrielle se gira hacia ella. Xena estira la manta de piel hasta cubrirlo todo menos la parte superior de la cabeza de Gabrielle.
XENA (continúa) ¿Puedes respirar bien ahí abajo?
Gabrielle respira profundamente por la nariz, sonríe al inhalar el olor del cuero y de Xena.
GABRIELLE (ronronea) Sí muy bien.
XENA Bueno. Trata de dormir un poco. Yo te protegeré de los mosquitos.
CORTE A:
EXT. – POCO ANTES DEL AMANECER
Gabrielle despierta
repentinamente de nuevo. Mantiene los ojos cerrados, tratando de averiguar qué
ha estorbado su sueno esta vez. No son las piedras. No son los mosquitos. Una
mano deambula por el lado del lecho que ocupa Xena
para encontrarlo simplemente vacío. Lo que no es
inusual. Finalmente, abre los ojos,
dando un profundo suspiro, para encontrarse con una hedionda masa humana, con
dientes podridos, sin afeitar y oliendo horriblemente, que la devora con la
mirada. Agarrando los sais del suelo cercano a ella, Gabrielle usa la empuñadura del izquierdo para darle al hombre en la rodilla y después brinca rápidamente y se pone de pie mientras aquél cae sobre el lecho.
XENA (cacareando) ¡Te lo dije!
El hombre se sujeta la rodilla y gruñe. Gabrielle mira hacia su derecha y
ve como Xena pelea contra cuatro bandidos de muy mal aspecto. Dos más, al verla, se dirigen hacia
ella. Derriba al primero fácilmente con
una combinación de derecha e izquierda al pecho y una
patada alta a la cabeza. El segundo, más cuidadoso que su compañero, se retrasa en la acción. Le instiga a que la ataque con su espada. Cuando recibe el torpe ataque, sujeta la espada con sus dos sais, le arranca el arma, suelta los sais, y le aplica en el cuello, los puntos de presión con dos dedos. El hombre se queda sin aire y cae sobre sus rodillas.
GABRIELLE Ya estaba de mal humor, amigo, y tú sólo lo empeoraste. Así que si no deseas pasar los últimos treinta segundos de tu vida así, te sugiero que me digas lo que quiero saber.
Xena ha terminado con su propio grupo de rufianes, la mira con los brazos cruzados sobre el pecho, claramente impresionada.
BANDIDO ¿¿Qu-Qué??
GABRIELLE ¿Qué, en el Tártaro, estás haciendo
aquí? ¿Visteis dos mujeres durmiendo solas
en el bosque y qué? ¿Queríais invitarlas a tomar un té??
BANDIDO ¡D-d-dinero! ¡J-joyas!
Inclinándose hacia atrás, Gabrielle se ríe. No es una risa genuina, pero no obstante es una risa.
GABRIELLE ¡Oh, amigo, escogiste el campamento equivocado! ¿Puedes ver algunas joyas esparcidas
por aquí? ¿Algún dinero, si eso importa?
BANDIDO (gravemente, sin aire) ¡P-por favor!
Gabrielle finge estar pensando en su suplica.
GABRIELLE No sé. Xena....
BANDIDO ¡¿XENA?!
GABRIELLE (sonriendo abiertamente) ¿No os disteis cuanta de esto,
verdad? (pausa) Como te decía, Xena, ¿tú crees que debo de quitarle el punto de
presión o debo de impedir que los genes de burro contaminen la tierra?
Xena sonríe tontamente.
XENA El lance es tuyo.
Gabrielle finge pensar un segundo más, entonces con la velocidad de la luz deshace la presión. El hombre cae hacia el frente, boqueando. Gabrielle sujeta sus hombros y lo empuja de tal manera que quedan cara a cara. Se acerca más.
GABRIELLE Puedes irte ahora. Antes de que cambie de opinión.
Con ojos desorbitados, el
hombre se levanta y sale corriendo,
alejándose del campamento. El resto de
sus compañeros, que han quedado peor,
van cojeando detrás de él. Todavía riendo tontamente, Xena cruza el claro hasta llegar al lado de Gabrielle.
XENA Bueno, eso fue refrescante, estimulante, ¿no crees?
Gabrielle refunfuña. Riéndose, Xena atrae a Gabrielle, acercándola mientras la besa en la cima de su cabeza.
XENA (continúa) Siento todo esto. Estaba advirtiéndoles
de que mejor se quedaran conmigo, pero no quisieron escucharme.
GABRIELLE Sí, bueno,¿ podrías hacerme un favor?
XENA Habla.
GABRIELLE Hay un pueblo en la costa, no lejos
de aquí. esta
noche, en una digna?. Estoy
harta de rocas. Estoy enferma de tantos insectos. Y estoy cansada de bandidos babosos y apestosos que interrumpen mi sueño.¿ Por favor?
XENA Claro.
Gabrielle se separa lentamente, con una muestra evidente en su cara de Incredulidad.
GABRIELLE ¿Segura? ¿Así de fácil? ¿Sin torcerte el brazo? ¿Sin discusión? ¿Sin tener que rogarte?
Xena sonríe abiertamente.
XENA Lo que Gabrielle desea, Gabrielle lo obtiene.
FUNDIDO A NEGRO. | |||||
FIN DE LA INTRODUCCIÓN |