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ACTO TRES

 

ABRE DE NEGRO:

 

INT. POSADA - MAÑANA

 

Xena y Gabrielle bajan por las escaleras desde su habitación a la sala principal de la posada. Las saludan los rostros sonrientes y dispuestos de los sirvientes, el posadero y el joven del establo. 

 

POSADERO

¡Buenos días a ambas!

Espero que hayáis dormido bien.

 

Xena les sonríe, comenzando a irritarse ya por la naturaleza feliz de la gente del pueblo quienes, simplemente, continúan sonriendo.

 

 

GABRIELLE

Sí, bastante bien, gracias.

Me pregunto si podrías proporcionarnos

la dirección de la casa de Vicus

 

POSADERO

¡Haré algo mejor que eso!

¡Os dibujaré un mapa!

 

El posadero saca un trozo de pergamino y dibuja un elaborado mapa lleno de señales enroscadas y sofisticados adornos que dirigen a la casa de Vicus. 

                

XENA

(gruñendo)

Este lugar está atacando

mis nervios.

 

Xena está de pie tras Gabrielle, gruñendo impaciente con cada trazo.  Gabrielle aguarda pacientemente mientras el posadero termina su obra maestra y se la entrega sonriendo y dando una palmadita en el brazo a Xena.

 

GABRIELLE

Ah, Xena, necesitas desarrollar

un poco más la paciencia.

 

XENA

Gabriiielllle...

 

Xena alcanza el mapa y lo observa frunciendo el ceño al tiempo que advierte que la casa de Vicus está solo una calle más abajo, y una calle al otro lado de la posada.

 

XENA

(continúa)

¿Todo eso por dos giros?

 

POSADERO

¡Naturalmente!  No me gustaría

que os perdierais.

 

Gabrielle toma el mapa y mira las ordenadas pequeñas marcas de pisadas que muestran el camino a la casa de Vicus.

 

GABRIELLE

Bueno, al menos

es fácil seguirlo.

 

Xena deja el mapa en la mano de Gabrielle y se dirige a la puerta.

 

XENA

Vamos. Quitémonoslo

de encima.

 

CORTE A:

 

EXT. CALLE DEL PUEBLO - MAÑANA

 

Xena y Gabrielle bajan la calle hacia la primera bifurcación que han de tomar. La calle está llena de la gente del pueblo, todos sonriendo y saludándose cordialmente. Xena sacude la cabeza irritada.

 

GABRIELLE

Xena, ¿no es bonito ver a todo el mundo

siendo educado con los demás?

 

XENA

¡No! No es lo natural.

 

 

GABRIELLE

Bueno… Natural o no, efectivamente está bien

que no te traten de forma descortés. Y la comida

gratis en la posada también es poco corriente. Esa

cesta de pan junto a nuestra puerta esta

mañana fue agradable. Una pena

que no tuviéramos tiempo de saborearlo.

 

Gabrielle empuja suavemente a Xena en las costillas mientras mastica una manzana y percibe una mirada arrepentida en Xena.

 

XENA

Lo siento. Sólo quería

quitarnos esta visita de encima.

 

Vuelven la esquina y se encaminan a la casa de Vicus. Es la más grande de la calle y obviamente, la casa de un hombre rico. 

 

XENA

(continúa)

Veo que Vicus es un hombre cauto.

Mira las barras de sus ventanas.

 

GABRIELLE

Y este lugar del pueblo es perfecto.

Situado sobre esta pequeña loma

tiene vistas en todas las direcciones.

 

XENA

Y parece que lo ha completado con unos

pocos guardas aquí y allí también.

 

Prosiguen hasta la puerta delantera sin ninguna oposición y Xena golpea con fuerza. Esperan un momento y la puerta se abre, dando paso a una mujer con el mismo aspecto que Tara muchos años atrás.

 

TESSA

(sonriendo)

¿Puedo ayudaros?

 

GABRIELLE

Hola. Yo soy Gabrielle y ésta es Xena.

Tu madre nos pidió que os hiciéramos

una visita para ver cómo estabais.

 

TESSA

(todavía sonriendo ampliamente)

¿Mi madre?

 

GABRIELLE

Sí, somos viejas amigas y cuando

se enteró de que habíamos tomado este camino,

nos pidió que os visitásemos.

 

TESSA

(aún sonriendo)

¿Xena  y Gabrielle?  Me parece

recordar que habló de vosotras.

¿Haríais el favor de pasar?

 

 

Gabrielle entra primero, seguida por Xena que sigue con el ceño fruncido. Tessa las conduce a un cuarto grande, amueblado con bancas en fila con almohadas y cojines.

 

Tessa señala un asiento y lo toman mientras ella, con calma, se sienta frente a ellas.

 

TESSA

 (continúa)

¿Os puedo ofrecer algo

de beber o comer?

 

XENA

No gracias.

 

GABRIELLE

Este es un hogar

muy lindo, Tessa.

 

TESSA

Sí, mi esposo cuida muy bien

de mí... y del pueblo. Es muy

respetado aquí. Es un herborista…

muy dotado. Todos lo quieren.

Ha hecho que el pueblo prospere.

 

GABRIELLE

Sí, lo hemos notado. Todos

parecen estar muy contentos.

 

Tessa sonríe más ampliamente, si es posible. Xena empieza a inquietarse y Gabrielle pone una mano tranquilizadora sobre su pierna. El sonido de unos pasos hace que las ocupantes se vuelvan hacia el ruido. Vicus entra en la habitación, sorprendido al ver visitantes.

 

VICUS

¿Tessa, quiénes son nuestras invitadas?

 

TESSA

Son amigas de mi madre.

Les pidió que me visitaran

para ver cómo me encontraba.

 

Vicus parece vacilar y, por un momento, su sonrisa se torna preocupación, aunque rápidamente vuelve a sonreír ampliamente. Xena se da cuenta del rápido cambio y estrecha los ojos mientras observa cómo se desarrolla la conversación.

 

VICUS

Bienvenidas. Espero que

Tara esté bien.

 

GABRIELLE

Pues, en realidad se está

recuperando de una grave herida.

 

Xena mira fijamente a Tessa y Vicus mientras escuchan las noticias. Tessa parece no estar muy preocupada de que su madre esté herida y continúa sonriendo mientras Vicus se pone rápidamente a su lado.

 

TESSA

 (sonriendo estrechamente)

Oh, que bue…

 

VICUS

 (con voz preocupada)

... malas noticias.

¿Se encuentra bien?

 

Tessa mira a Vicus inexpresivamente mientras él la alza en sus brazos ocultando su cara a Xena y Gabrielle. Le susurra al oído y ella asiente dejando entonces la habitación.

 

VICUS

 (continúa)

Por favor dad a Tessa un

momento. Estas noticias

la han agitado un poco.

 

Gabrielle llama la atención de Xena y alza una ceja al extraño cambio.

 

 

GABRIELLE

Sí, por supuesto. Tal vez

deberíamos regresar después.

 

Xena y Gabrielle se preparan para irse. Vicus se pone en pie y camina hacia la entrada mientras lo siguen.

 

VICUS

¿Tara se recuperará?

 

XENA

Si, estará bien.  Ha estado

muy preocupada por que no había

oído hablar de Tessa por algún tiempo.

 

VICUS

Ah, sí, es comprensible.

Tessa ha estado bastante ocupada

últimamente ayudándome en mi tienda.

 

XENA

¿Tienda? ¿Acaso está aprendiendo tu oficio?

 

VICUS

Oh, no. Quiero decir que ha ocupado

el lugar del panadero. Ha estado muy

enfermo y ella le está ayudando.

Es buena panadera.

 

GABRIELLE

Oh, pensé que…

 

XENA

…le gustaba más cocinar

que cocer al horno.

 

VICUS

Oh, es muy buena

en ese aspecto también.

 

Vicus les guiña al abrir la puerta, efectivamente terminando la conversación.

 

VICUS

 (continúa)

Gracias por venir. Me temo

que tengo que salir. Tengo que

reunirme con los recién llegados

pero... ¿podríais volver más tarde?

 

GABRIELLE

Sí, gracias.

 

Xena toma a Gabrielle por el codo y las dos se dirigen lentamente hacia la calle y al bullicio del mercado. Al darse la vuelta, Vicus señala hacia uno de los hombres que barren la calle cerca de su casa. El hombre deja su escoba contra la cerca y las sigue discretamente.

 

XENA

(Susurrando)

Nos están siguiendo. Vamos a

Sentarnos al lado de ese olivo.

 

 Caminan hacia la banca cerca del árbol y se sientan, esperando que sus seguidores las pasen.

 

GABRIELLE

Vaya. Eso sí que fue algo raro.

 

XENA

Exactamente lo que pensé.

 

 

GABRIELLE

La reacción de Tessa ante las

las heridas de su madre no fue

la que esperaba. Sólo sonreía.

 

XENA

Vicus se aseguró de que

saliera rápidamente del cuarto. 

 

GABRIELLE

¿Alguna idea de que esta sucediendo?

 

XENA

Veamos lo que podemos descubrir.

Tú investiga un poco a los residentes

Mientras yo voy a ver qué pasa

con Vicus y los recién llegados.

Algo huele a podrido

en Paraíso.

 

GABRIELLE

Bien. ¿Nos reunimos

en nuestra habitación?

 

XENA

¡De acuerdo!

 

CORTE A:

 

EXT.  MERCADO - MEDIO DÍA 

 

Gabrielle se marcha de la tienda del tejedor con una sonrisa en el rostro. Al alejarse, su sonrisa desaparece y frunce el entrecejo mientras se dirige a la tienda de pieles.

 

GABRIELLE

¿Cuánto por esta alforja?

 

MARROQUINERO

Veinte dinares.

 

 

GABRIELLE

¿Veinte dinares?

 

Levanta en alto él articulo y abre las bolsas laterales, inspeccionando la calidad del trabajo. 

 

GABRIELLE

(continúa)

Es un precio alto.

 

MARROQUINERO

 (sonriendo)

Es de la mejor calidad.

 

GABRIELLE

Le daré diez dinares.

 

MARROQUINERO

 (todavía sonriendo)

Mi precio son veinte dinares.

 

GABRIELLE

Bien, ¿qué te parecen quince dinares?

 

MARROQUINERO

 (todavía sonriendo)

Veinte dinares.

 

GABRIELLE

¿Tú no regateas

 sobre el precio?

 

 

MARROQUINERO

 (sonriendo abiertamente)

¿Regatear?  No, nunca nadie 

me había preguntado.

 

GABRIELLE

(susurrando suavemente)

Bueno, quizás por eso todos

 los vendedores sonríen.

 

MARROQUINERO

¿Perdón?

 

GABRIELLE

 Nada. Sólo me preguntaba

por qué todos sonríen.

 

MARROQUINERO

¿Lo hacemos?

 

Él mira a su alrededor, a los otros vendedores, y se da cuenta de que todos sonríen, incluidos los clientes.

 

MARROQUINERO

 (continúa)

Supongo que así es.

 

GABRIELLE

Dime… ¿Has visto alguna vez a

alguien triste por aquí? ¿Peleas

o discusiones?

 

El vendedor de cuero se detiene a pensar y mueve su cabeza negándolo.

 

MARROQUINERO

No, que yo recuerde.

¿Por qué lo preguntas?

 

GABRIELLE

Por ninguna razón. Gracias.

 

 

MARROQUINERO

 (Sonriendo)

¿Quieres la alforja?

 

GABRIELLE

Quizá más tarde, gracias.

 

Gabrielle se aleja, perdida en sus pensamientos, mientras adelanta a un grupo de habitantes, sonrientes y contentos. En el campamento temporal para los recién llegados, ve a Sela sentada en la parte de atrás de una carreta, moviendo los pies y sonriendo a los otros de su grupo mientras esperan a que lleguen los hombres.

 

GABRIELLE

(continúa)

Hola, Sela. Pareces contenta hoy.

Supongo que las cosas están yendo

mejor de lo que esperabas.

 

 

SELA

Hola, Gabrielle. Disculpa, pero

no sé a qué te refieres.

 

GABRIELLE

Anoche no estabas muy contenta

de estar aquí, pero

pareces feliz ahora.

 

SELA

¿De verdad? No recuerdo

haber estado triste.

 

GABRIELLE

¿Y tus amigos?

¿También están contentos?

 

SELA

(Sonriendo)

Todos estamos alegres de estar aquí,

Gabrielle.  No sé de dónde sacaste

la idea de que no lo estamos.

 

 GABRIELLE

Me equivoqué...

Disculpa si te molesté.

 

SELA

(Sonriendo)

No hay molestia, Gabrielle.

¡Que tengas un buen día!

 

Gabrielle se pone en pie y se aleja mientras un grupo de mujeres se une a Sela y empiezan a reírse.

 

GABRIELLE

(murmurando)

Sí... Aquí las cosas no

son normales.

 

CORTE A:

 

EXT. EDIFICIO DE LA COMUNIDAD, VENTANA DE ATRÁS - MEDIA MAÑANA

 

Xena está escondida en los arbustos cerca de la misma ventana desde la que vigiló durante la noche anterior, pero hoy las contraventanas están cerradas. Todavía puede oír las conversaciones y se centra en ellas.

 

 

VICUS

... y los honorarios se pagarán cada

nueva luna. Mis colegas pasarán por vuestros puestos

para recaudar los pagos.

 

VOCES UNIDAS DE HOMBES

(voces entusiasmadas)

Sí, Vicus.

 

VICUS

Y no olvidéis la colecta

diaria en la panadería.

 

VOCES UNIDAS DE HOMBES

Gracias Vicus.

 

VICUS

Ahora, mis colegas,

aquí va…

 

Un leve crujido de hojas a su alrededor atrae la atención de Xena de inmediato, y se agacha mientras un palo se balancea con fiereza por el lugar donde estaba su cabeza. Mientras se mantiene en posición vertical, gira a la derecha y lanza el puño izquierdo al puente de la nariz del hombre con el palo. Él se echa hacia atrás, dejando caer el palo mientras se sujeta la cara.

 

 Xena continúa con una patada fuerte al estómago del hombre, que le hace caer de rodillas. Ella se inclina hacia adelante y está a punto de darle su pellizco cuando varios recién llegados acompañados por Vicus y unos cuantos guardias doblan la esquina. Xena brinca rápidamente hacia una rama de un árbol cercano y se esconde en el tupido follaje. Los recién llegados pasan sin ver al hombre en los arbustos, pero Vicus se da cuenta inmediatamente.

 

VICUS

(continúa, sonriéndo)

Minas, por favor, acompaña a nuestros

nuevos ciudadanos a sus hogares. 

Tengo un asunto que atender.

 

 

Minas mira en la dirección que Vicus indica y asiente con la cabeza mientras aleja rápidamente a los hombres de la zona.

 

Vicus frunce el ceño mientras se inclina sobre el guardia herido.

 

VICUS

(continua)

Grotus, ¿qué pasó?

 

GROTUS

(gruñendo mientras se da la vuelta)

Yo... Ella....

 

VICUS

¡Tonto!  Levántate y consigue

algunos hombres... ¡Encuéntralas!

 

ABRE DE NEGRO:

 

EXT. PLAZA DE MERCADO - FINAL DE LA MAÑANA

 

Gabrielle regresa a la posada pasando por la plaza de Mercado. Mientras dobla la esquina de la plaza, ve a Vicus entrar en una herboristería. Ella mira alrededor buscando a Xena pero, al no verla, decide seguir a Vicus dentro de la tienda.

 

CORTE A:

 

INT. HERBORISTERÍA - FINAL DE LA MAÑANA

 

Gabrielle entra a la tienda y empieza a mirar los frascos de pociones e hierbas. Oye el crujido de una cortina y ve a Vicus entrar. Su expresión es un poco sorprendida.

 

VICUS

Hola, Gabrielle. No escuché

a nadie entrar. ¿Hay

algo que necesites?

 

GABRIELLE

Ah, sí, de hecho. Necesito

reponer algunas de

nuestras hierbas de curación.

 

Ella mira alrededor de la tienda y ve varios frascos que reconoce. Es muy consciente de los ojos que están siguiendo todos sus movimientos.

 

GABRIELLE

(continúa)

Ah, aquí están.

 

Gabrielle recoge un par de frascos y camina hacia Vicus.

 

VICUS

Ah, lavanda y

aciano púrpura.

¿Cuánto de cada?

 

GABRIELLE

Una pequeña bolsa

de cada uno es suficiente.

 

Vicus se dirige a una mesa y toma dos bolsas de tela, llenándolas con hierbas. Él pone una marca en cada bolsa para identificar los ingredientes y se los da a Gabrielle.

 

VICUS

 (sonriendo)

¿Algo más?

 

GABRIELLE

No, esto es suficiente.

¿Cuánto te debo?

 

 

VICUS

Por favor, tómalas como un regalo.

Las amigas de la madre de Tessa

son siempre bienvenidas aquí.

 

GABRIELLE

Gracias Vicus.

 

Gabrielle se da la vuelta para marcharse.

 

VICUS

¿Gabrielle?

 

Gabrielle se vuelve a mirarlo.

 

GABRIELLE

¿Sí?

 

VICUS

Ven conmigo al lado de la panadería.

Tengo una sorpresa para ti

y Xena que creo que os encantará.

 

FUNDE A.

 

FIN DE ACTO TRES

ACTO CUARTO