Producción #V1001 - Episodio 01 |
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GUIÓN DIRECCIÓN PRODUCCIÓN |
SCREENGRABS GRÁFICOS TÍTULO EPISODIO GRÁFICO |
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TRADUCCIÓN |
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ABRE DE NEGRO: EXT.
CAMPO DE BATALLA DE LA LADERA - DÍA Hay nubes y
niebla. La ladera está muy verde, con unos pocos árboles pequeños y
rocas, pero en su mayor parte es abierta. Asentado en lo alto de la
colina hay un enorme castillo construido de húmeda piedra gris, con arqueros
apostados a lo largo de la muralla. De un extremo a
otro del campo de batalla, dos ejércitos se enzarzan en un conflicto armado y
sangriento. Muchos soldados han caído, y sus cuerpos muertos y
agonizantes están desparramados por la ladera. ACERCAMIENTO A: EXT.
A LOS PIES DEL CASTILLO - DÍA Dos hombres
pelean ferozmente a los pies del castillo; sus espadas chocan una y otra vez mientras
fragmentos de metal se desprenden de sus hojas. Ambos respiran
pesadamente y están abundantemente cubiertos de cieno y sangre. La
niebla gotea por sus rostros y sus pesados abrigos de armadura bien
confeccionada. Repentinamente,
uno de ellos retrocede al perder equilibrio en el resbaladizo suelo. Mientras
trastabilla, el otro soldado ve su oportunidad y blande la espada con toda su
fuerza, rebanando al primer hombre en el abdomen, alcanzando su carne. Sangre se
desparrama por doquier mientras el hombre herido cae al suelo. El
soldado que permanece en pie eleva su espada hacia el cielo. SOLDADO (rugiendo fuertemente) ¡He matado a Uther Pendragon! ¡Larga vida a los sajones! Pendragon se
apoya en un codo y, tomando su espada, la hunde en el estomago del hombre
antes de caer al suelo. PENDRAGON (susurrando) Y yo te maté a ti, bastardo.
Los ojos del
otro soldado se abren completamente mientras deja caer su espada y
se aferra el abdomen con ambas manos; entonces cae junto a
Pendragon. Sus sangres se mezclan mientras comienza a llover. PENDRAGON (continúa, con los ojos cerrados) Larga vida a Camelot. ACERCAMIENTO A: EXT.
A LO LARGO DE LA LADERA - DÍA Un joven soldado
viene corriendo a través del campo de batalla, brincando sobre rocas y
cadáveres. Pelea con cada enemigo que le hace frente, dejando más
cadáveres de soldados a su paso. SOLDADO (gritando) ¡Padre! Llega hasta
Pendragon y cae de rodillas, acunando la cabeza de Pendragon en su
falda. Mira con odio al hombre junto a él y gruñe de satisfacción. SOLDADO (continúa) Un rey por un rey. Bien. Incluso mientras
habla, el ejército sajón se retira al percatarse de que su líder ha caído
también. El soldado observa la retirada con lágrimas recorriendo su
rostro. SOLDADO (continúa, gruñendo) Se han ido. Por ahora. Pero volverán... Siempre vuelven. Mira tras él
hacia arriba. SOLDADO (continúa) ¡Abran las puertas! Las puertas se abren
y él arrastra a Pendragon al interior antes de que las puertas se cierren de
nuevo con un golpe, no dejando pasar el ruido de la desfalleciente batalla. CORTE A: INT.
CASTILLO - DÍA El interior está
silencioso y escasamente decorado, con sólo unas antorchas ardiendo en
candelabros a lo largo de las paredes de una amplia cámara de entrada.
En una punta, un fuego resplandece en una enorme chimenea. El soldado
recuesta a Pendragon en una suave y gruesa alfombra junto al fuego, aún
sosteniendo su cabeza en su falda y acariciando su cabello empapado por la
lluvia. SOLDADO (solloza silenciosamente) Oh, padre. Los ojos de
Pendragon parpadean rápidamente y éste sonríe débilmente, elevando una mano
temblorosa y tocando la mejilla del soldado. En su antebrazo hay un
tatuaje de un dragón. PENDRAGON Arturo. No hay otra cara que prefiriera ver antes de cruzar. ARTURO (sorbiéndose la nariz) No debes hablar así. Cubre la herida de
Pendragon con una mano, y la sangre se escurre por sus dedos. ARTURO (continúa) Vivirás para pelear otro día. Derrotaremos a los sajones. PENDRAGON Sí, lo haremos. Pero no seré yo quien los venza. Cubre la mano de
Arturo con la suya. Mientras hablan, un grupo de soldados y otros
sirvientes del castillo se reúnen alrededor de la chimenea, parados a
respetuosa distancia para permitir a padre e hijo sus últimos momentos
juntos. Se oyen doncellas llorando. PENDRAGON (continúa) Te encomiendo Camelot, Arturo. Ve y toma a Excálibur. Ha llegado el momento y te pertenece. Conducirás a mi ejército a la
victoria y repelerás a los sajones. Arturo echa una
rápida mirada a una bóveda, donde antorchas gemelas iluminan una gran piedra
cuadrada gris. Su luz destella en la empuñadura de una espada
ornamentada clavada profundamente en el centro.
ARTURO (confundido) ¿Excálibur? Pero la Dama.... Pendragon gruñe
de dolor. PENDRAGON La Dama lo predijo. El que pueda extraer a Excálibur liderará a mi gente cuando no esté. Tú eres ese. Ve y enorgulléceme. Te quiero, hijo. Los ojos de
Pendragon se cierran y su cabeza se inclina hacia un lado al exhalar su
último aliento. Un grito sofocado por la conmoción se alza entre la multitud
expectante. Arturo llora y se inclina para besar la frente de su padre. ARTURO (susurrando) Yo también te quiero, padre. Arturo pone con
delicadeza la cabeza de su padre sobre la almohada y se pone en pie,
caminando con decisión hacia Excálibur. Rodea la piedra en la que ésta se
encuentra y la sujeta por la empuñadura mientras alza la vista hacia la
multitud. ARTURO (continúa) ¡Por Camelot! Tira de la espada,
pero ésta no quiere moverse. La agarra con más firmeza y tira de ella de
nuevo con el mismo resultado. Retrocede un paso, se escupe en las manos y se
las frota. Entonces vuelve a Excálibur preparado para intentarlo por tercera
vez. ARTURO (continúa, jadeando) ¿Qué pasa? Arturo observa
algo en la superficie expuesta de la hoja. En su brillante superficie
plateada ve un par de llamativos ojos azules enmarcados en negro cabello con
un estruendo.
Arturo abre los ojos
completamente asombrado. ARTURO
(continúa) ¿Quién es esa mujer? Se aleja de la espada,
moviéndose hasta la esquina de la alcoba, desde donde se observa un estante
donde descansa un pila de hidromancia, fija su mirada en la superficie del
agua, dejando escapar un largo suspiro. ARTURO (continua) Te llamo una vez mas Viviana, Dama del lago, Guardiana de
Excalibur. Te lo suplico Dama, concede
ahora esto, mi derecho de nacimiento
para portar Excalibur y devolverle a los Sajones nuestra tierra. Lentamente, el rostro de una
hermosa mujer se empieza a vislumbrar enerficie del agua. DAMA VIVIANA Lo siento Arturo, otra ha
reclamado Excalibur, otra que vive
aún. Será ella y sólo ella quien
podrá portarla. debes encontrarla. Ella es
quien tiene en sus manos el
destino de Camelot ARTURO Pero… pero Excalibur. Tú lo prometiste. Arturo se echa para atrás, meditando sus opciones, vuelve a
inclinarse sobre la pila. ARTURO (continua) Dama, por amor a Camelot, ¿Cómo debo encontrar a esa
mujer? ¿Dónde esta? ¿Cuál es su
nombre y cuando fue que reclamo su derecho
sobre Excalibur, sin que nosotros lo
supiéramos? Yo... yo no entiendo DAMA VIVIANA Ella estuvo aquí hace poco
más de 33 inviernos. Con respecto a como has de encontrarla, eso corre por tu cuenta Arturo Pendragon. Las facciones de Viviana empiezan a desvanecerse, ondulando entre la
superficie del agua.
ARTURO (desesperadamente) Dama, NO. Por favor, necesito Más información, te lo suplico... Es muy tarde y Vivane
desaparece. Arturo se endereza y vuelve sus pasos al centro de la cámara,
alza la vista, con los puños apretados a sus costados. ARTURO (gritando) ¡¡¡Merlin!!! Su voz resuena por entre las paredes de la cámara. FUNDIDO A NEGRO. |
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FIN
DE LA INTRODUCCIÓN |